No creo que se precise excesiva agudeza ocular para percibir la diferencia. Temporal y de estado físico. Que no la estética. El edificio estuvo abandonado durante casi veinte años y la decrepitud hacía mella en la fachada, y es de suponer que también en el interior. Las fotografías de antes de la reconstrucción las hice hace varios años y sirven ahora para las comparaciones.
Pasabas por delante con cierta frecuencia y, aparte de lamentar el deterioro de un edificio que tendría aproximadamente cien años o se acercaba a esa edad y manifestaba una prestancia singular para su tiempo, temías que cayera algún trozo de cornisa o acristalamiento. En un momento dado cegaron los vanos y al menos se redujeron los riesgos. Pero el edificio seguía ahí, olvidado o no querido por propietarios o constructores.
Hoy, por fin remozado o, mejor dicho, reconstruído, se podría decir, ha salvado la fachada que afortunadamente ha conservado íntegra su estética y probablemente una parte importante de los materiales. Se mantiene la forja de los balcones y miradores, la balaustrada de los pisos bajos, el zócalo y moldura, la doble cornisa superior de ladrillo, la puerta metálica de acceso. Y un revoco de cal en toda la fachada donde se genera un dibujo que imita sillares. En fin, no soy ningún entendido para detallar todos los elementos y como observador común se me escaparán muchos pormenores. Sin duda lo que llama más atención es la balconada y el acompañamiento de unos miradores restaurados que, siendo una seña de identidad de edificios de otra época en nuestra ciudad, han recuperado todo su valor. Pero hay una diferencia que sí salta a la vista. La puerta no es exactamente la misma original, que disponía de dos hojas y daba a la calle Estación, porque en esa especie de chaflán semicircular hubo una puerta cochambrosa y si mal no recuerdo estuvo allí instalado un estanco de expendiduría de tabacos.
Obviamente el interior ha sido levantado íntegramente, pero no entro en el tema y las viviendas estarán adquiridas y, esa es otra, a precios de mercado considerables. Por cierto, en la puerta figuran dos letras, F y C. Seguramente las iniciales del nombre y apellido del constructor del edificio original que no he alcanzado a saber quién fue.
La fachada es muy bonita y agradezco que esté restaurada y no transformada. No sé si fuiste tú quien tomó las fotos de antes para que pudiéramos comparar después, ¡pero es una muy buena idea! Me di cuenta que las iniciales de la puerta antes eran E C y ahora F C: un trozo de la E estaba roto, quizás sin intención o para desviar el nombre en beneficio del nuevo propietario...
ResponderEliminarSí, claro, las fotografías del edificio envejecido, que estuvo así veinte años al menos, las hice un día por mera curiosidad. Al estar ahora restaurado he recordado las viejas y las he comparado con las nuevas. Evidentemente es lo más ajustadamente parecido a lo que hubo antes. Probablemente nunca las restauraciones son al cien por cien, y más cuando el nuevo uso exige planteamientos interiores diferentes o nuevos para realizar la venta de los pisos. ¿Cuántos edificios de Francia, no digo ya de Alemania, no se han reconstruido en base a planos o fotos anteriores porque los bombardeos de las dos grandes guerras europeas del siglo XX los habían destruido? He pensado mucho en ello, sobre todo cuando he visto en directo o en imágenes monumentos que habían sido devastados.
EliminarEse detalle de las letras lo he advertido también, no tengo interpretación. Eres buen observador.
Por supuesto, después de los bombardeos en Francia no reconstruimos de forma idéntica, hay que decir que la mayoría de los edificios estaban en ruinas con habitaciones demasiado pequeñas, tuvieron que ser renovados. Ahora que el edificio merece la pena y por razones de seguridad y aislamiento estándar, solo conservamos las fachadas y construimos un edificio en el interior. Esto permite que todo se reestructure sólidamente. Volviendo a los bombardeos, y veo que la arquitectura os interesa, quizá era vuestro trabajo, os invito a leer la historia de la ciudad de Le Havre aquí:
Eliminarhttps://philfff.blogspot.com/2017/03/visite-appart-amueblado-toda-confort-el.html
La reconstrucción es bastante original.
Gracias, Philfff, la leeré. No estoy en temas de arquitectura ni profesional ni de conocimientos, solo soy un amateur o un voyeur del territorio. Por cierto ¿sabes lo que opinaba Roland Barthes del amateur?
Eliminar"El Amateur (el que practica la pintura, la música, el deporte, la ciencia, sin espíritu de maestría o de competencia) conduce una y otra vez a su goce (amator: que ama y ama otra vez); no es para nada un héroe (de la creación, de la hazaña); se instala graciosamente (por nada) en el significante: en la materia inmediatamente definitiva de la música, de la pintura; su práctica, por lo regular, no comporta ningún rubato (ese robo del objeto en beneficio del atributo); es -será tal vez- el artista contra-burgués" .
De alguna manera se puede aplicar a los que paseamos y reconocemos, y nos reconocemos, en las ciudades, en la propia ciudad.
Por cierto, la opinión de Barthes es muy de intelectual francés, a mí me gusta ese enfoque.
Por cierto, recuerdo un libro de mi juventud que tuvo mucha aceptación en España en esas edades, de un cura de Le Havre llamado Michel Quoist (todavía me acuerdo) y escribió un libro para chicos y otro para chicas. Yo leí el de chicos, El diario de Daniel, y tengo el vago recuerdo de que la acción se desarrollaba en Le Havre.
EliminarEncuentro una buena restauración a un edificio magnífico.
ResponderEliminarEn Barcelona , generalmente, se ponía las iniciales al dueño de la propiedad vertical. Tengo bastantes fotos de dichas iniciales porque siempre me llamaron la atención.
Las fotos están muy bien tomadas.
salut
Cada vez que me encuentro con un edificio restaurado o reconstruido pero manteniendo elementos originales me llevo una alegría.
EliminarPaseante:
ResponderEliminarme parece buena idea que se rehabiliten esos edificios "antiguos" que hay en todas las ciudades. Dan sabor y solera.
Salu2.
Ya se ha destruido bastante en tiempos oscuros como para no salvar lo poco que ha ido quedando. Aunque muchas veces sea salvación de fachadas solamente.
EliminarTengo idea de haber visto ese caserón hace tiempo viejo y desahuciado, pero ya veo que lo han reconstruido como informas. Marisol.
ResponderEliminarFácil que alguna vez lo vieras, está en una calle transitada. Gracias.
EliminarEl edificio es precioso, y se agradece que al restaurarlo se haya respetado tal y como era. Se comenten verdaderas tropelías en las ciudades, destruyendo verdaderas joyas arquitectónicas. Aquí en Pamplona, quedan todavía magníficos edificios que son un placer para la vista. A veces, son herencias que van pasando de padres a hijos, hasta que hay una generación que prefiere vender y quedarse con el dinero.
ResponderEliminarSaludos.
A Valladolid se la considera una de las ciudades con mayor pérdida de arquitectura del pasado. Yo mismo he pateado la ciudad en los 60 y recuerdo que aún quedaban muchos edificios de siglos pasados que mayormente no fueron respetados al llegar la invasión del negocio inmobiliario. El que fue catedrático de Historia del Arte Juan José Martín González lo reseña en sus libros. Probablemente en Pamplona no ha habido este grado de destrucción, y si mal no recuerso se ha mantenido un casco viejo más o menos uniforme. Y supieron hacer un Ensanche aparte, en zona nueva, algo que aquí no se planteó racionalmente nunca. Claro que a principios de siglo XX tuvieron que demoler una parte de la muralla, pero aquello fue otra historia. Aquí se destruyó el casco antiguo y ves horrores de construcción de muchos pisos en calles históricas, de pleno centro, acometidos en los 70 y 80 principalmente. Gracias por pasar por aquí, Mari Paz.
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