lunes, 25 de noviembre de 2024

Diálogo de máscaras del Reino de Oku en el Museo Africano del Palacio de Santa Cruz

 



Las máscaras del museo dialogan entre ellas. ¿De qué hablarán? Tal vez de los vetustos rituales que reunían a toda la tribu. Recuerdo de sus bailes, sus ritmos, sus canciones, sus símbolos.  Invocaciones a los elementos de la naturaleza. Conjuras contra los animales salvajes. Advocaciones para lograr una caza satisfactoria. Narraciones al calor de la hoguera nocturna donde se seguían transmitiendo los mitos. Pero las máscaras se saben por encima de todo lo que las gentes ejecutaran. Saben que su poder reside en la exageración de sus facciones, en la transmutación de sus formas, en la proyección monstruosa que convierte a la máscara en un ser híbrido, diferente, donde ya nada es solo meramente humano y se vincula al espíritu animal. La máscara es la imagen de otra encarnación de la naturaleza donde no hay límite marcado entre el hombre, los animales y la tierra. En ella caben los grandes secretos de la vida: la fertilidad de la hembra y del suelo, el tránsito a la madurez, la lucha por la subsistencia, la asunción del destino final inexorable.

Gran parte de la colección de máscaras del Reino de Oku, una lejana y pequeña región de Camerún, representan animales. Puede leerse en la página del Museo Africano de la Fundación Arellano.Alonso:

"Uno de los elementos más representativos e impactantes dentro del arte de Oku son las máscaras pertenecientes en la mayor parte de los casos a las sociedades secretas que siguen contando, aún en la actualidad de gran importancia dentro de la jerarquía social. Su función es mantener el orden y frenar los comportamientos antisociales que amenacen el bienestar general o que atenten contra las costumbres tradicionales, siempre con el fin de mantener la armonía y paz en toda la sociedad. Algunos ejemplos de sociedades secretas las encontramos en el ámbito de la justicia, funerales o entronizaciones. 

A la belleza estética de cada una de ellas se le une el misterio pues el modo de creación debe permanecer en el mas absoluto secreto, entre otras cosas porque pueden castigar debido a la gran carga mágica (en un sentido medicinal), que las da poder e incluso vida propia. 

Las danzas y los movimientos que realizan en ceremonias y rituales tradicionales son el modo de expresar este poder. La composición de las máscaras es la siguiente: pieza tallada, cubre-rostro (que en la representación final es como si mostrara el cuello".

Las máscaras hablan entre sí. Pero el visitante se ve involucrado en otro tipo de diálogo, que se mueve entre la sorpresa y la interrogación. La estética ubicación de estas figuras en el museo, en un espacio ambientado por una luz que sumerge al visitante en otro mundo, invita a recorrer la amplia sala de San Ambrosio en el Palacio de Santa Cruz. Las máscaras son solo una parte de lo que puebla esta sala, donde se pueden contemplar además otro tipo de objetos etnológicos relacionados con el poder, las creencias o la música. Pero hay otras dos salas, la de Renacimiento y la de los Rectores, donde puede contemplarse un repertorio muy interesante de cerámica en terracota o monedas. Estas dos exposiciones bien merecerán para el paseante otro recorrido más adelante.