jueves, 25 de agosto de 2016

Miradas sobre un jardín cerrado




Me he dado el capricho de colorear la imagen al uso de una postal antigua. Que conste que hace unas décadas, la primera vez que fotografié el lugar con mi Werlisa no había cipreses, ni se veían las bases de las pilastras y todo era un gran talud de escombros. Hoy, las ruinas de la antigua colegiata de Santa María la Mayor quieren ser una especie de jardín toscano donde los cipreses simulan las columnas del templo inexistente. El espacio está vedado al paseante, que se tiene que conformar con observar desde fuera, preguntándose, más si es de otra ciudad, para qué sirve un jardín al que no se puede acceder.