miércoles, 24 de septiembre de 2025

Aquel fatídico terremoto que repercutió en la torre de la catedral llamada La buena moza

 



Siempre me quedo imaginando, en la confluencia desnivelada de las calles Catedral y Arribas, la torre desaparecida de la Catedral, la auténtica. La torre del otro lado, la que se ve ahora, es de finales del siglo XIX y principios del XX, y nada tiene que ver con la traza que el arquitecto Herrera y después Churriguera, intentaran llevar adelante. Todo el mundo sabe en Valladolid que la catedral es un edificio demediado y cojo. Que el proyecto original era extenso y se había diseñado con cuatro torres, pero quedó no ya inconclusa sino muy a medias. No obstante hay grabados que dejan constancia de que al menos se erigió una torre que daba a poniente, que ya planteó problemas en los primeros años del siglo XVIII y exigió reparaciones. Bien por la altura o por el terreno, probablemente más inestable pues uno de los Esguevas pasaba por detrás, la excesiva envergadura de la torre, a la que se le añadieron más cuerpos que en el proyecto original, no debió contribuir a la estabilidad y firmeza. Y sí, debió ser la torre más alta de la urbe, divisada ya a distancia desde todo el alfoz por los viajeros y gentes que llegaban, y cuentan que popularmente dieron en llamarla La buena moza

Pero como las leyes de la naturaleza no son las de los humanos y no andan con contemplaciones, tan ajenas a las obras mundanas, he aquí que el tristemente célebre terremoto de Lisboa, que ya Voltaire mencionara en su Poema sobre el desastre de Lisboa, tuvo su efecto sobre la torre. Y aunque el neoclasicista Ventura Rodríguez trató de poner algún remedio parece ser que el daño estructural era más severo y en 1841 se vino abajo. 





Aquel seísmo considerable que causó tanta desgracia por ciudades españolas del Sur principalmente y se dejó notar en Valladolid es relatado en primera persona por Ventura Pérez, un vecino que durante bastantes años fue dejando constancia de acontecimientos de la ciudad bajo el título de Diario de Valladolid. Un diario sui generis que el Grupo Pinciano editó hace pocos años y que es un deleite por la de cosas que se narran de modo sencillo y donde se advierte que ya sucedían muchos acontecimientos, sucesos y peripecias en nuestra ciudad. He aquí la transcripción de lo que narra sobre el terremoto en la misma feha que tuvo lugar:

"Año de 1755, dia de Todos los Santos, primero de Noviembre, á las diez de la mañana poco más ó menos, vino un grande terremoto y temblor de tierra de modo que toda la ciudad bambaleó, hasta los más eminentes edificios  de templos, palacios y torres, como fue la de la Catedral, que del bambaleo que dió sonó el reloj; pero por la infinita misericordia de Dios no hubo en esta ciudad desgracia ninguna ni el más leve daño, el que en otros pueblos los hubo grandísimos y con grande esceso. Fué general el terremoto en toda la Europa, á una misma hora, y se esperimentaron grande estragos especialmente en Lisboa, Sevilla, Cádiz y Turquía, como lo testificaron las relaciones que de dichas provincias se estendieron en todo el reino. En la Santa Iglesia, á donde yo me hallé á este tiempo, toda la iglesia se bambaleó, y todos los canónigos echaron á correr y dejaron la iglesia sola, que no quedamos en ella mas que el Ilmo. Sr. D. Isidoro Cosío, obispo de ella, su coadatario, un vecino de esta ciudad llamado D. Manuel Colomeda y mi persona; nos arrimamos al machon donde se pone el púlpito cuando vá el acuerdo, hasta que fué viniendo gente diciendo que habia sido en toda la ciudad, y los canónigos acabaron la misa en el oratorio que la decia D. Juan Ignacio Delgado, dignidad de arcediano, y al empezar el Evangelio sucedió".




Pero para un relato de lo acaecido sobre el derrumbe de la torre casi un siglo después, en 1841, tenemos la versión del vallisoletano Matías Sangrador Vítores, cuya Historia de Valladolid, obra de 1851, es considerada la primera síntesis sobre la historia de la ciudad, una obra pionera, en palabras del catedrático de Historia  Contemporánea Celso Almuiña, que aporta una serie de datos eruditos.  He aquí el relato del derrumbe de La buena moza:

"Llegó por fin el aciago dia 31 de Mayo del referido año de 41, y sobre las doce de la mañana comenzó en esta población una gran tempestad de agua y granizo, acompañada según advirtieron algunos, de un pequeño temblor de tierra, que tuvo inquieto al vecindario hasta las tres de la tarde en que cesó. A las cinco menos cuarto de la misma, una horrible detonación conmovió toda la ciudad, y las densas nubes de polvo que se veian á las inmediaciones de la catedral anunciaron la ruina del ángulo occidental de la gran torre. Se hallaban a la sazón dentro de ella el campanero Juan Martinez y su muger Valeriana Perez, quienes sorprendidos con tan inesperado suceso, trató aquel de salvarse refugiándose en el hueco de una ventana, y esta cayó envuelta entre los escombros hasta el fondo de la capilla de San Juan Evangelista.

Las primeras personas que se presentaron en aquel sitio fueron Jorge Somoza, Aquilino Flecha, Juan Tabernero y Mariano Rodriguez, quienes al oir los triste lamentos del campanero que demandaba socorro desde la ventana en que se había salvado, corrieron á casa del primero y tomando una escalera la colocaron en la pared de la torre, y después de haber subido por ella Somoza y Tabernero, consiguieron bajar a Juan Martinez sin haber sufrido este la menor lesion.

(...) Se practicaron algunas diligencias para averiguar el paradero de la Valeriana; mas no habiéndose podido descubrir llegaron á persuadirse todos de que habria perecido entre las ruinas. Mas sucedió que siendo ya cerca del anochecer, habiéndose llamado á grandes voces á la Valeriana, quedaron todos sorprendidos al oir allá en el fondo de las ruinas una voz triste y apagada que contestaba *aqui estoy".

Final feliz para los campaneros Juan y Valeriana, aunque fatídico destino, incorregible, de la única torre del templo que llegó a estar alzada en su  tiempo. Pido disculpas por haber extendido el relato del caso que, no obstante, aún prosigue ampliamente. Si interesa la anécdota el libro de Matías Sangrador se puede encontrar en las bibliotecas municipales.
 




Grabado de Fournier, antes de la caída de la torre


Dibujo de Ventura García Escobar, representando el derrumbe







20 comentarios:

  1. ¡Una historia triste con final feliz para Juan y Valeriana! Los cimientos de la torre parecen tan sólidos que cuesta entender por qué se derrumbó (pero no soy arquitecto). ¿Quizás algún día alguien quiera reconstruir esta torre, que era tan hermosa? Un abrazo provenzal.

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    1. Los cimientos no sé, lo que se ve es la base exterior. El terreno está en desnivel. Probablemente influyera en la inseguridad del terreno la proximidad de uno de los ríos de la ciudad que transcurría prácticamente al lado. Lo que sucedió es irreversible y mejor dejar todo como está, han pasado ya casi dos siglos del derrumbe y varios más de la obra de la catedral. También hay que saber valorar las ruinas. y en este sentido me gusta reflexionar un poco sobre lo que hay, en mejores o peores condiciones, en la ciudad. Abrazos.

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  2. Algo había oído sobre lo que pasó con esa torre pero desconocía los relatos, interesantes.

    Carmelo

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    1. Pues ya ves, buscando buscando encuentro estos deliciosos relatos, con sus grafías particulares de su tiempo, pero bastante fieles por lo que se ve. Saludos.

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  3. El terremoto de Lisboa fue famoso por sus consecuencias,Córdoba lo sufrió en la torre de su Mezquita-Catedral,pero no pudo con ella.La suerte de que los cristianos no destruyeron el minerete musulman,para construirla, lo dejaron dentro,se encargó de que las oscilaciones no fueran tan fuertes.Hoy día sigue igual,pero con tirantes de hierro que los une,para reforzar los dos.Ahora resulta el total más compacto,para toda la vida.En el caso de Valladolid,se buscó la esbeltez, la altura,pero no se reforzó el interior,cosas de la soberbia.

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    1. No sé bien el detalle del fallo o deficiencias estructurales de la torre, tal vez ya desde los inicios. Tengo que indagar más. Pero si encima de lo que ya había levantaron más alturas sin seguridades, o acaso discrepancias entre técnicos, la suerte se iba echando en plan negativo. También ignoro si se sabe de qué manera o proporción pudo influir decisivamente el seísmo de casi un siglo antes, aunque ya se sabe que a veces los deterioros son lentos o llevan su tiempo. Para más inri Valladolid, además del Pisuerga, que en siglos pasados fue lateral, tenía un río más, el histórico llamado Esgueva, quen entrando como uno solo se bifurcaba en dos ramales y uno de ellos era en épocas de construcción de la catedral más céntrico. Y aunque fue soterrado y desviado luego su cauce las aguas siempre buscan antiguos cauces, como se sabe, aun cuando permanezcan como acción subterránea que suelen causar inundaciones., Mi información es limitada de momento y lo señalo como simples observaciones que, si alguien más conocedor tiene información sería interesante conocerla. Y la soberbia...pues qué decirte, se vende como elemento "constructor" o "emprendedor" que se dice ahora pero puede volverse en contra. Saludos al Guadalquivir.

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  4. Del terremoto de Lisboa guardamos "gratos" recuerdos en forma de grietas en muchos edificios de nuestra geografía. Este verano lo pudimos comprobar en nuestra visita a Salamanca.
    Saludos.

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  5. Mira que paso muchos días por ahí pero no conocía estas historias. Marisol

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    1. Es bonito leer sobre testimonios del pasado, sean más o menos verídicos pero son los que nos han llegado.

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  6. Una historia que por lo que parece, al menos para sus protagonistas, tuvo un final feliz, no así para la torre.
    Me ha impresionado la magnitud del terremoto, pues por lo visto fue considerable.
    Salut

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    1. Sobre el seísmo hay mucho relato y hasta Voltaire utilizó la información para sacar sus propias conclusiones morales, digamos, y marcar sus debates con los filósofos del momento.

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  7. Nunca pongo enlaces,por seguridad,pero es un espectáculo ver fotos del interior de la torre de la catedral de Córdoba. Con alguna frase indicativa,te saldrá en Internet.Te darás cuenta de cómo se salvo la torre cristiana,por contener el minarete musulmán, evitando las ondas de expansión del terremoto.Esa técnica se ha utilizado después

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    1. Y porque los alarifes del califato sabían construir como nadie. Igual que en Granada, que hemos pasado por terremotos importantes y la Alhambra y otras edificaciones nazarís ni se han enterado, mientras ha habido daños en monumentos muy posteriores.

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    2. Car, veré si encuentro algo por la red, me intriga, gracias.

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    3. Pues Granada es zona sísmica por excelencia, sería curioso saber más sobre la calidad constructiva. Fácil que a lo largo de la época andalusí hubiera habido seísmos.

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  8. Aunque tuviera su propia problemática la torre sin duda que el terremoto de 1755 la afectó. Fue un terremoto que llegó a gran parte de España, si bien en Valladolid no causó mayores trastornos, o no hay constancia de que así fuera. De cualquier manera hay que reconocer que la historia de la obra de la Catedral se las trae. Que el proyecto fuera grandioso y que quedara ni siquiera a medias da idea de las dificultades de tipo económico e influencias varias que ni la realeza, ni la nobleza ni muchos menos los gremios y cofradías vallisoletanas pudieron afrontar.

    María Antonia

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    1. Sí, he leído por cronistas antiguos que no dejó efectos perjudiciales. Lo de la catedral y su abandono constructivo claro que se las trae, no es cuestión de extendernos ahora en ello. Hubo varios factores, no obstante.

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  9. Paseante:
    una lástima que no se pudiera terminar la catedral.
    Salu2.

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    1. Faltaba financiación. Quisieron algo hiper grandioso y esta ciudad no era Roma ni Madrid, y ni la realeza ni la nobleza ni menos la clerecía pusieron más sobre la mesa, así que se quedó en la mitad de la mitad.

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