jueves, 13 de noviembre de 2025

Unos mojones solitos pero no abandonados

 



Si uno fuera poeta compondría una oda o una cantata al monumento hoy inadvertido. Al llamarlo monumento ya lo estoy subiendo de categoría. Será incorrecto hacerlo pero pienso que tiene caché y veteranía para considerarlo como tal. Porque aunque legalmente el mojón siga en vigor lo que es en apariencia insignificante pasa desapercibido para el transeúnte o conductor cotidianos. Y sin embargo estos mojones están ahí desde casi siempre. Acostumbrados hoy día a prestar atención solo a lo inhabitual y a lo novedoso, aunque la novedad dure un día, ¿quién se fija en un mojón o hito de la red de carreteras que aún nos acompañan en travesías urbanas?

Acaso sea uno de los objetos de mobiliario urbano más antiguos. Puede que le superan algunas farolas. Los mojones de carreteras de las imágenes provienen de 1939, y los técnicos los conocen como los hitos del Plan Peña, que fue el ministro responsable de ordenar su colocación por todo el territorio en aquella lejana pero significativa fecha. El mojón es un indicador kilométrico, marca la distancia desde el inicio de la carretera hasta cada punto donde está situado a lo largo de una vía, como información para quienes circulan por ella. Pero hoy nadie los considera, son huellas de un pasado superado por los cambios técnicos en toda la escala de la circulación. Modernos rótulos del Ministerio de Transportes y Movilidad y de la DGT confraternizan con las informaciones que proporcionan los GPS.

Lo mojones se sienten ya compañeros jubilados de otros hitos del pasado, que también hay que conservar. De los miliarios romanos, que contaban las millas de un recorrido. De los leguarios de épocas más modernas, en que se calificaba la distancia por leguas. De los postes indicadores en piedra del siglo XIX. 

Los dos mojones de las fotografías se encuentran en la misma vía. En el Paseo de Isabel la Católica, uno junto a San Nicolás, casi al lado del Puente Mayor, que marca el kilómetro 192. El otro, que no indica el kilómetro pero debe ser el 191, está al principio junto a los muros de la Academia de Caballería. Este tipo de mojones estaban tallados a cincel y martillo, con forma triangular redondeada en su cúspide. Como ya es sabido por todo quisque la banda en rojo que dice N-601 en este caso indica la carretera Nacional 601 de Madrid a Gijón, que pasa por Adanero, Valladolid y León. Larga vida como monumento a los mojones de esta avenida,que no son los únicos de la ciudad.





24 comentarios:

  1. Larga vida a los que fueron compañeros de kilómetros, a aquellos que nos acompañaron y que siempre nos guiaban como lo hacían los miliardos a las carretas romanas.
    Me gusta que se les respete. Evoca otra época, y la evoca con respeto.

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    1. Aunque el modelo ad hoc aún no haya cumplido el centenario, y aún le queda. Aunque no los hagamos caso siguen en vigor. Si algún día el Estado los elimina como uso habrá que considerar su conservación patrimonial.

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  2. En Francia, me parece que los marcadores de kilómetros no se instalan en los centros de las ciudades; permanecen en las afueras, lo cual es injusto. En nombre de la libertad individual y el derecho a la inclusión, ¡preparo una petición para que se instalen estos marcadores en los centros urbanos!

    Que tenga una muy buena noche.

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    1. Estos indicadores estaban a las afueras. Esa calle era prácticamente el exterior de la ciudad hace décadas y es lo que se llama una travesía, una carretera nacional que atraviesa el núcleo urbano. Hoy la ciudad ha crecido y quedan integrados como cualquier otro objeto de mobiliario urbano. Así que reclama al President que reconsidere los derechos instaurados en 1789 en favor de los marcadores de kilómetros. Saludo cordial.

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  3. Paseante:
    ¡claro que hay que conservarlos!
    Salu2.

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  4. Centinelas informativos, de los avances en nuestros viajes por las carreteras, por la piel de toro.

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    1. Centinelas, Alfred, pero traicionados por el espíritu de GPS que guía ahora a los conductores.

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  5. Conjuntamente con las casillas de los peones camineros nos acompañaban en las carreteras, ambas nos indicaban los kilómetros. Tiene su mérito que aún perdure en tu ciudad, para extrañeza de los jóvenes, que creerán que son arte urbano.
    Saludos

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    1. Pues algún día voy a preguntar a los jóvenes qué piensan que son los mojones. Pero no los consideremos tontos, claro que hay de todo en la viña de la juventud.

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  6. No sé si se les puede llamar monumentos, pero más allá del papel que cumplen son huellas, testimonios, habrá que mantenerlos y respetarlos.

    Carmelo

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    1. Sin duda, pero aunque lo de monumento parezca excesivo tal vez lleva camino de serlo.

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  7. Los jóvenes, no lo han visto en las carreteras, por eso lo decía, ellos van con el GPS

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  8. Há que conserva-los ! Fazem parte da historia...
    Bom fim de semana !
    Anna

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    1. La historia es larga y profunda, esperemos que sigan acompañándonos los mojones.

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  9. Los tenía olvidados.

    María Antonia

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  10. Cuando me encuentro alguno de estos mojones o de otros restos que nos recuerdan la historia de una ciudad, me dan ganas de abrazarlos.

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    1. Está bien ese golpe de afecto. Además del papel que tienen son hitos de la historia española, no solo de las distancias. O, si quieres, de las distancias de los tiempos.

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  11. Me vale la información, nuna lo había pensado. Marisol

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    1. Te aseguro que yo, aun viéndolos toda mi vida, no había reflexionado sobre ellos.

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  12. Lo cierto es que todavía quedan algunos solitarios, pero no es tan habitual encontrarlos en la ciudad. Un saludo.

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    1. No lo es, porque su ubicación son las travesías, que antes podían estar a las afueras pero con el crecimiento urbanístico han quedado absorbidas. Gracias por hacerme conocer tu blog zamorano.

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