¿Instrumento musical o arquitectura? ¿Mero objeto de acompañamiento litúrgico o voz de voces secular? ¿O acaso todo ello? Y es que sugiere tanto la imagen de un órgano, por muy mediano que este sea...En efecto, este órgano barroco no es de los más grandes en tamaño de cuantos cunden por iglesias y catedrales, pero aporta un grado elevado de majestuosidad. No solo por sus sonidos sino por su abigarrada arquitectura que parece querer emular a las portadas y a los altares mayores de los templos barrocos. El paseante es un ignorante de este tipo de instrumentos y de la composición que a lo largo de los siglos se ha hecho para ellos, pero no le pasa inadvertida la belleza de la peculiar musicalidad emitida por un órgano.
Situado en la iglesia de San Andrés fue su constructor el organero riojano Esteban de San Juan en 1784. Fue restaurado en 1996 por Joaquín Lois Cabello en su taller de organería de Tordesillas. A tenor del cuerpo autónomo que constituye un órgano uno piensa que se trata de un edificio dentro del otro edificio. Y que su colocación en un templo no es algo casual, aunque en algunos casos su ubicación se haya cambiado, como creo que sucedió con el de San Andrés. No sé qué tiene un instrumento como este que aunque permanezca en silencio da la impresión de estar sonando. O te hace estar a la espera por si de un momento a otro fuera a ponerse en acción. Pero son imaginaciones mías. Tal vez su constitución grandiosa incluso en un órgano de ese tamaño medio, la disposición de sus cajas, la dimensión y orientación de los tubos y el diseño como de fachada con personalidad suntuaria cause impresión en el visitante. Por supuesto el maestro organero, al asentar un instrumento tiene en cuenta varios factores: la acústica, la estética y la liturgia, escribe Jesús Ángel de la Lama en su exhaustivo libro El órgano en Valladolid y su provincia: catalogación y estudio.
Y aún hace este autor más consideraciones sobre el órgano, gustando de la comparación con la capacidad de la voz humana:
"El hombre, cuando dedica su inteligencia y su esfuerzo a la construcción del órgano, parece estar intentando hacer un instrumento a imagen y semejanza del que produce su propia voz. Efectivamente, en el órgano encontramos todos los elementos que configuran y posibilitan la voz humana, aunque a una escala mucho mayor y más imperfecta. Así, la fuellería hace el oficio de los pulmones en el suministro del viento. Los múltiples conductos que distribuyen el aire a los diversos tubos, recuerdan la tráquea y los bronquios. Las lengüetas son otras tantas lenguas. Las embocaduras de los tubos sugieren numerosas bocas, con sus labios. Los tubos son como centenares de laringes.
A pesar de este derroche de esfuerzo, imaginación e inteligencia en la hechura y sincronización de tantos elementos sonoros y mecánicos, el hombre no ha logrado reproducir la unidad, flexibilidad y elasticidad del instrumento vivo que produce la voz humana y que varía simultáneamente la entonación y el timbre".
Por cierto, existe en Valladolid desde 1980 la Asociación Manuel Marín de Amigos del Órgano. Se creó para generar un inventario y catalogación, y para restaurar órganos y revitalizarlos, pues son numerosos los que aún quedan, en mejor o peor estado, y muchos más los desaparecidos.
Adjunto al final de la entrada unos breves vídeos sacados de la red sobre piezas ejecutadas en el órgano de la iglesia de San Andrés de Valladolid.

.jpg)

No hay comentarios:
Publicar un comentario