Apostaría que algún machito o una tribu de vándalos al completo causó la desgracia del árbol. No me pega que el viento, que no ha sido intenso los dos últimos días, lo arrancara por esa parte del tronco. Pero tampoco soy un entendido. No son árboles antiguos los de la acera de la calle Recondo junto al aparcamiento de la Estación. Si algún frustrado quiso poner a prueba su capacidad muscular debería pensar que en este caso su aptitud mental es inversamente proporcional a la ejercitada con las manos. Y de contenido cívico, además, cero. Al paseante le producen asco estas situaciones. Ojalá me haya equivocado, y haya sido el viento.
Obra de descerebrados presentes y seguramente del futuro.
ResponderEliminarSí, parece que el vandalismo es intemporal o acaso transtemporal. Los cambios cognitivos no han llegado para algunos.
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