Del escultor vasco Jorge de Oteiza (1908-2003) existen varias esculturas en Valladolid. Dejando de lado ahora mismo la de los Dominicos de Arca real, que no conozco, me fijo en dos más accesibles que están en el centro urbano. La Macla de dos cuboides abiertos, sita en el Paseo de Isabel la Católica, en un espacio accesible junto al ábside de la otrora iglesia de San Agustín, ahora Archivo Municipal. Y la escultura que Oteiza denominó Retrato de un gudari llamado Odiseo, dedicada a su amigo personal Santiago Montes, en el jardín de la Fundación Segundo y Santiago Montes, calle Núñez de Arce. Una en piedra negra de Markina, Vizcaya, y otra en metal, de chapa recortada y soldada. Dos materiales a los que el escultor se rindió y trabajó para obtener más criaturas.
Aunque ubicadas a cierta distancia entre sí la macla y el retrato, se me antoja imaginar que ambas disponen un diálogo en busca de una identidad común. La que confiere las manos humanas, no obstante la procedencia de sus materiales pero que son transformadas en aras de los simbolismos que el escultor apetece.
MACLA. Yo, aquí en mi terraza yerma
RETRATO. Yo, en mi jardín umbrío.
MACLA. El mío es un terreno más abierto pero a la vez más introvertido.
RETRATO. Pues el mío un espacio más reducido pero más dispuesto.
MACLA. Me gustaría pasar un rato donde tú estás.
RETRATO. A mí sentirme mirada por quienes atraviesan el paseo que hay a tu vera.
MACLA. No creas, pocos se paran a observar mis movimientos. Mi tamaño no les llama la atención. y presiento que mis formas, para ellos raras, no las interpretan.
RETRATO. ¿Acaso te parece que las mías son interpretadas? A veces, cuando me miran con precaución, creo que les doy miedo.
MACLA. Somos dos incomprendidas.
RETRATO. Somos dos desconocidas.
MACLA. Hay paseantes locos que se desviven por visitarme con frecuencia. No sé contigo, pero conmigo se empeñan en hablar y conocerme de cerca. Me gusta cuando me rodean y me palpan y buscan la concavidad de mis líneas.
RETRATO. Aunque no esté tan accesible como tú a todo peatón, también hay visitantes que se detienen en el jardín y que escudriñan los planos que me returcen.
MACLA. ¿Qué les atraerá de nosotras? De mí creo que piensan que he surgido de la naturaleza tal cual, que he llegado dando tumbos hasta caer en este pago.
RETRATO. Buena pregunta. De mí que vengo de un laberinto como el de la mente humana y que me han construído a tajo seco.
MACLA. Son simples los humanos. Ignoran que dentro de sí están habitados por infinidad de seres con formas dinámicas.
RETRATO. No preguntan a su cuerpo y se creen traicionados cuando algo no funciona en ellos.
MACLA. Somos hijas del cerebro humano, no obstante los materiales tan diferentes.
RETRATO. Somos hijas de lo que dispone el cerebro humano, en este caso personificado en el artista, que es el desarrollo de la habilidad y el empeño por transformar la materia de una manera más simple o más compleja.
MACLA. ¿Tú te ves acabada? Yo, que me acompaño del viento y de la lluvia, por no decir de la contaminación, me veo duradera, pero no sé si siempre seré la misma.
RETRATO. La materia no tiene fin, aunque los cinceles o en mi caso el corte y la soldadura hayan producido imágenes que no van a ser trastocadas. ¿Quién te dice que no envejeceré yo antes? La intemperie tampoco respeta las transformaciones a través de las que el escultor me hizo ser lo que soy.
MACLA. A veces, ¿sabes?, imagino que me vienes a visitar y que compartimos experiencias.
RETRATO. Yo en ocasiones he soñado que llegabas hasta mi jardín y nos contábamos la vida.
MACLA. Hay tantas vidas en nosotras, antes de ser la que mostramos ahora...
RETRATO. Hay tantas ensoñaciones humanas grabadas en nosotras, antes de ser procesadas...
Lo que no entiendo es que tantos pasen por estas obras sin detenerse.
ResponderEliminarLa excusa no sería que no entendieran (algo que suele esgrimirse) sino que no indaguen y ni siquiera se asombren.
EliminarEs un escultor inconfundible. Tiene en Barcelona una obra frente al MACBA, al lado de donde hice Filosofía, una obra que está maltratada que denuncié el hecho, y se armó cierto revuelo. La pasaron a limpiar a la semana siguiente, yo pasaba cada día por allí, y al cabo de una semana era pasto de los depredadores.
ResponderEliminarhttps://totbarcelona.blogspot.com/2019/09/oteiza-la-ola-y-los-vandalos-que-la.html
Siempre me ha gustado como escultor, tiene personalidad. De él me gusta más como trabaja la piedra, aunque ya se sabe, sobre gustos...
Salut
Qué barbaridad, estoy viendo las fotos y, en fin, qué te voy a decir. Los autores sinceros y auténticos no hacen obras para que nos gusten sino como resultado de sus ideas e indagaciones.
EliminarPor mi parte no entiendo nada a menos que haya un cartel con una explicación. Entonces, como no entiendo, me concentro en mis sentimientos. Y mis sentimientos me dicen que el retrato es hermoso pero muy complejo y aireado mientras que el maclav es simple y muy compacto. ¡No estoy seguro de que tuvieran una buena relación! un abrazo
ResponderEliminarCreo que la piedra y el metal pueden entenderse si los humanos no lo impedimos. El entendimiento tiene muchos caminos, no todos son racionales, pueden ser emocionales y sensitivos, simplemente.
EliminarQuizá esto te interese, es un bloc que está en mi casa :
ResponderEliminarhttps://vptmod.blogspot.com/2024/10/valladolid-julio-vicente-tejidos-puig-i.html
Gracias por la información, sí, sigo ese blog, lo tengo adjunto. A ese edificio lo llamaban la casa del canónigo y no sé por qué. Hubo un establecimiento de ropa para niños, Braun, probablemente posterior al de tejidos que aparece en la imagen de Modernisme. Ahora hay una zapatería moderna y una tienda de productos de jabonería y perfumes, y otra de telefonía, si lo pones en google maps ves el edificio. Supongo que el interior lo habrán modificado, el día que pase me fijaré. Es la calle comercial por excelencia, tradicionalmente, y local que queda vacío se ocupa de inmediato.
EliminarPaseante, me parece muy interesante tu forma de mostrar tu ciudad, a la que no conozco.
ResponderEliminarMe gusta esta conversación que creaste, en la que se detecta cierta hermandad entre ambas obras que, a fin de cuentas, son hijas del mismo padre
Un abrazo
Aunque la madre, directa o indirectamente, haya sido la naturaleza primigenia. Gracias, Alís.
EliminarPaseante:
ResponderEliminarsinceramente, ese tipo de "estatuas" no me dicen absolutamente nada.
Supongo que no estoy preparado para este tipo de arte, o yo qué sé.
Salu2.
Cada receptor puede verlo de la manera que quiera o ni siquiera verlo. Pero si el autor quiso hacerlas así con arreglo a sus ideas e intuiciones debemos considerarlas al menos como una aportación. No todo es lo figurativo o naturalista o realista. Hay varias maneras de interpretar las emociones y los pensamientos humanos.
EliminarPaseante:
Eliminarmira que me esfuerzo, pero no, no lo consigo. No consigo adivinar los sentimientos del escultor. Si me dice que es una puerta al futuro, me lo puedo creer. Si dice que es un libro abierto, también. Si dice que es... , puesss, también.
En fin. Reconozco que no me atrae este tipo de arte nada de nada.
Salu2.
Que no pasa nada, no tienes que esfozarte, ni hay obligación ni la ley obliga. De todos modos, ya das pistas imaginativas. El autor lo ha hecho conforme a su golpe intuitivo y de búsqueda, con arreglo a volúmenes, técnica y materiales, ahí queda. Podemos pasar de largo ante obras de esta guisa. O bien concederlas graciosamente un simbolismo (¿no es lo que ha hecho la humanidad desde la prehistoria?) La contemplación de los objetos -sea la naturaleza en su propio estado o lo transformado por mano de hombre- es siempre muy subjetiva, aunque haya coincidencia en cuanto al uso que damos a los objetos. ¿Un monte es solo un monte porque desde antiguo se ha decidido que es un monte? Pero lo que sirve para identificar también reduce, porque hay que ver lo que hay dentro, tras y sobre un monte. Recuerda a Magritte y aquello de ceci n’est pas une pipe...Tema de bonito debate si se pudiera.
EliminarAh, recuerda que expresar arte y contemplar arte requieren también emociones. Las emociones no se representan solamente con copia y pega.
EliminarPaseante:
Eliminartodas esas explicaciones las puedo entender, pero no las comprendo. Lo mismo soy muy cerrado de mollera o prejuicioso, pero, volviendo al asunto, si no leo el título de la obra, no sabría llegar a la obra, a lo que el artista quiere decir. Si veo por primera vez la obra titulada "Gudari...", pues ni de coña habría llegado a esa interpretación. Podría pensar que son dos puertas, o dos ventanas, o unas hojas de un libro huecas o qué sé yo. Y una vez que veo que se llama "Gudari", pues tengo que imaginar que es un cuerpo estilizado o yo qué sé.
En fin, que este tipo de obras, no las "veo", como se suele decir. No lo veo.
Ah, y muchas gracias por responder y te pido perdón por mi osadía o mi insistencia.
Te lo digo sinceramente; si molestan mis comentarios, dejo de hacerlos. Me dedico a comentar lo que me guste y no digo nada ante lo que no me guste.
Gracias, muchas gracias.
Salu2.
Los títulos, supongo que subjetivos, los pone el autor. A mí me da lo mismo el rótulo, me interesa percibir un volumen, unas formas con aristas, unas oquedades, unos cortes, una simbología que busca el autor y que acaso logre hacerme a mí partícipe. Imagina que todo eso que hace un escultor abstracto en realidad existe dentro de la materia, yo lo intento e incluso ensueño, pero esto no se percibe probablemente con la racionalidad acostumbrada a lo figurativo o naturalista. Es otro lenguaje, ¿como el de las especies animales a las que nos hemos acostumbrado, en el caso de las domésticas, y asumimos? No sé. De todos modos, Diego, no te martirices, ni en lo abstracto es oro todo lo que reluce como tal ni aunque lo sea estamos obligados a aceptar y menos a interpretar.
EliminarY por supuesto que no molestan tus comentarios, ni tu modo de pensar, ni tu insistencia, al contrario en la disidencia de puntos de vista hay enriquecimiento, a mí me resulta útil, también me hace pensar otros criterios, pues los míos seguirán haciéndose hasta el final de mis días y no pasa nada. Ojalá todos opinaran de la manera tan incisiva, crítica y justa como lo haces tú.
Un abrazo.