miércoles, 29 de mayo de 2024
Las sirenas apacibles de Concha Gay
domingo, 26 de mayo de 2024
En la proximidad del foco del incendio de Valladolid en 1561
jueves, 23 de mayo de 2024
Los cipreses de la plaza de la Universidad, un monumento
No es un monumento a los cipreses, sino que los cipreses son el monumento añadido a un espacio que durante siglos estuvo abandonado. Hoy lo enriquece incorporando la vida vegetal a las ruinas de una antigua colegiata románica -Santa María la Mayor era nombrada y se dice que fue fundación del mismo conde que repobló la urbe en el último tercio del siglo XI- casi toda ella derruida para la construcción unos siglos después de una catedral que tampoco pasó de ser sino la mitad de la prevista. Pero eso es parte de la historia de la ciudad en que se intentó acometer lo nuevo destruyendo lo viejo y sin que a veces lo nuevo cuajase o quedara a medias.
Recuerdo haber estrenado en estas ruinas mi cámara Werlisa, elemental pero asequible para un padre que no dudaba en dar satisfacción a su hijo y de paso iniciarse este, también a medias, en la captura fotográfica. Hace unas décadas estas ruinas eran más ruinas, había un talud de tierra que casi ocultaba los restos de una torre románica de la que aún puede verse un cuerpo inferior. Igualmente persistían contra los elementos algunas arquerías ojivales. Un amontonamiento que pasaba desapercibido en pleno corazón de la ciudad.
Una restauración apropiada en su momento, el rescate de algunas dependencias góticas hoy adjuntas a la catedral y haber concebido el espacio que había ocupado la nave de la antigua iglesia como jardín conectado con la plaza dio nuevo sentido y dignificó los restos de piedra. Pero sin duda que fueron estos esbeltos cipreses los que han llevado juventud y alegría a un territorio yermo. He leído por alguna parte que cada ciprés se ubica en la base de lo que era cada pilar que sostenía la bóveda de la colegiata, separando las distintas naves. Hoy no sostienen techumbre alguna pero son un estandarte al aire y a la atmósfera, tan necesitados de oxigenación. Y un homenaje a la visualización estética del entorno.
No sé quién tuvo la idea de llamar jardín necrológico -necrológico ¿por qué?- a este espacio. Tal vez la idea se herede de la visión del Romanticismo sobre los cementerios, donde tanta acogida tuvieron los cipreses. Aunque ciertamente ya en la Antigüedad grecorromana venían simbolizando al mundo de los muertos y más en concreto a la imagen que se han hecho los hombres de una deseada aunque improbable eternidad. Pero, ¿hay que recordar que los romanos plantaban estos árboles hermosos a la vera de los caminos que llevaban a sus urbes o que aún hoy día la Toscana esté repoblada en sus caminos por hileras de cipreses? Habrá que ver hoy el ciprés como símbolo de permanencia, de constante esfuerzo por elevarse los hombres por encima de las dificultades.
Lástima que el jardín esté acotado, decisión esta la del encerramiento que se tomó para evitar la ocupación gamberra del espacio. Para mí que no es la mejor solución.
lunes, 20 de mayo de 2024
Negras y blancas: entre escolares anda el juego y una novela de Zweig
Entre blancas y negras, o negras y blancas, que tanto monta, etcétera, anduvo el juego entre escolares este último sábado. Y allí el tablero gigante,con sus piezas elaboradas con neumáticos reciclados, según cuentan. Tuvo lugar en la Plaza de Portugalete. Cuando me vi ante las piezas monumentales pensé: ¿cojo las blancas o las negras? ¿O me desdoblo y juego desde una y otra banda?
Entonces me vino a la cabeza algo que narra Stefan Zweig en su Novela de ajedrez. Lo he buscado, y dice un personaje:
"Yo no sé si usted se habrá parado alguna vez a pensar en la disposición mental con que se aborda este juego de juegos. Por poco que haya pensado usted en ello habrá comprobado, sin embargo, que en el ajedrez, al ser un puro juego del pensamiento desligado por completo del azar, es lógicamente un absurdo querer jugar contra uno mismo. Al fin y al cabo, el único encanto del ajedrez reside precisamente en el despliegue diferente de una estrategia en dos cerebros, en el hecho de que no sepan las negras cuál será la maniobra correspondiente de las blancas en esta guerra del intelecto, en tener que adivinarlo e interponerse, y para las blancas, en adelantarse en las secretas intenciones de las negras y contrarrestarlas. Si una misma persona juega con las blancas y con las negras, se produce entonces una situación incongruente, en donde un mismo cerebro ha de saber y al mismo tiempo no saber, ha de ser capaz de olvidar completamente cuando juega con las negras lo que quería y pretendía cinco minutos antes cuando jugaba con las blancas. Un doble pensamiento como este presupone en realidad una escisión absoluta de la consciencia, una capacidad de enfocar y desenfocar el cerebro como si fuese un aparato mecánico; querer jugar contra uno mismo representa en definitiva una paradoja tan grande en ajedrez como querer saltar sobre la propia sombra".
Y sin embargo, pensé, más allá de la novela de Zweig, que sabía mucho de la ida y de ajedrez, hay jugadores únicos, pero desdoblados, que juegan contra su contrincante interior. Pero yo estaba de paso en Portugalete y admiraba el empeño de los chicos para clasificar a un ganador que competiría otro día en un marco de juego regional.
jueves, 16 de mayo de 2024
Un rincón abierto y colorido en el casco antiguo
Ni es un ángulo muerto, ni un escondrijo, ni un rincón apartado. Al ser peatonal no convoca tráfico y el paso de viandantes se nutre principalmente de colegiales y estudiantes. Es un espacio abierto y a la vez recogido en pleno centro histórico. Podría ser un espacio anodino y destruído más, de los que hartamente sufrió Valladolid en el pasado, bien por envejecimiento o por especulación inmobiliaria, o por ambas causas tan relacionadas. Pero la rehabilitación de algunos edificios con altura prudente y la anchura respetada de la plaza otorga una armonía humilde pero gozosa al lugar.
Sin embargo lo que más llama la atención es el colorido de las casas de esa acera, rompedor en relación con la austeridad gris que suele dominar en el casco viejo. Diferentes tonos que no hace falta describir porque hablan por sí solos. Lejos de chocar negativamente esta mezcla de colorido transgresor es bien recibido por nuestros ojos. Y uno piensa que pasear merece la pena y que el paisaje interior de la urbe tiene la virtud de facilitar percepciones múltiples y alegres.
La calle lleva el nombre de Andrés de Laorden, homenaje a un catedrático de Medicina de la Universidad vallisoletana durante el siglo XIX. También figura con un nombre probablemente anterior como calle del Moral. Confluye con la calle más antigua de la ciudad que hoy se llama Juan Mambrilla pero en siglos medievales fue la calle Francos.
martes, 14 de mayo de 2024
Ana Rodríguez Fischer presentará 'Antes de que llegue el olvido' en la Fundación Segundo y Santiago Montes
jueves, 9 de mayo de 2024
El despreocupado Arlequín de Ángel Membiela
Me gustan las esculturas en que el personaje representado está abstraído. Por supuesto, las imágenes que evoquen lo épico o lo místico, por ejemplo, tendrán caracterizaciones que exalten los valores de su leyenda o la ascesis que le aleje del suelo que pisa. Pero hay personificaciones que, aun siendo de tipos humanos extraordinarios, provengan o no del mundo de la ficción, adoptan una actitud semejante a cualquier comportamiento del común de los mortales. Es el caso de la proximidad que suscita el Arlequín sentado, obra del escultor vallisoletano Ángel Membiela Rodríguez. Se halla situado en la calle Fray Luis de León, a la altura del colegio La Salle, en una actitud despreocupada y lasa, como si se estuviera recuperando de una de sus actuaciones.
Porque el arlequín, ¿medita? ¿Observa al corro de espectadores que se disuelve? ¿Piensa en la siguiente actuación? ¿Simplemente se relaja? ¿O le acucia el escepticismo sobre un oficio que tal vez no le dure hasta el fin de sus días? El arlequín ha detenido su ritmo y sus chanzas y se convierte en un humano escapado de la Comedia del Arte. No es un mero personaje camaleónico que trata al mundo a patadas para defenderse de él y de paso de sí mismo. Membiela reconvirtió el duro metal del perfil laminado que forma la figura en un conviviente de calle más.
Porque este arlequín parece ser también el artista callejero que vive del reconocimiento de su obra por parte de los viandantes. Es el saltimbanqui que entretiene. El acróbata que deleita con su gimnasia. El danzarín que debe sentarse a recuperar energías tras sus piruetas. El temible burlón de la sociedad y de los comportamientos de sus élites, tan bien como patéticamente copiadas por los más humildes. Fue una buena idea instalar unos bancos que arropan la escultura y que genera con ella un conjunto más dinámico. Bien sabe el arlequín que cuenta con la compañía de los muchachos de un colegio cercano en sus horas de recreo.
miércoles, 8 de mayo de 2024
Lo que (no) sabe Angélica Tanarro de las palabras. Fundación Segundo y Santiago Montes
Viernes 10 de mayo de 2024
Presentación del libro de poemas Lo que (no) sé de las palabras. Con su autora Angélica Tanarro estarán Carlos Aganzo y César Augusto Ayuso.
sábado, 4 de mayo de 2024
Presencias plásticas que sorprenden al paseante
Pasear no es andar con la cerviz agachada, pendiente de un suelo que no va a desaparecer por las buenas bajo los pies. Tampoco es andar apresuradamente: esto es desplazamiento. Se puede pasear sin objeto ni meta, abstraído. O compaginando recorrido con recados tranquilos. La urgencia es contraria al paseo. Se puede caminar alternando ritmos, en función de lo que nos permitan las piernas. Pero más allá de la forma de efectuar un recorrido los paseantes comparten un sentido agradable. Disfrutan, disfrutamos, no solo alimentando el aparato locomotor, sino el cerebro. ¿Cómo? A través de la mirada.
La mirada nos conduce a la observación. Observar es pensar lo que nos rodea. Si se ha vivido toda la vida en la misma ciudad, la mirada nos permite recordar. Hayan desaparecido espacios urbanos y edificios de nuestra infancia o permanezcan todavía, la memoria se reaviva. Ello proporciona satisfacción. Pero nos lleva también a hacernos preguntas. Sobre los cambios, sobre el tiempo que vivimos y el que empieza a ser habitado por nuevas generaciones. Algunos somos asiduos a leer cuantos carteles o letreros nos encontramos en los paseos. Hasta los más insignificantes, esos cartelitos, a veces manuales, adheridos a las farolas. También a contemplar las incidencias y modificaciones que periódicamente tienen lugar en calles y plazas.
Cuando nos topamos de pronto con un mural que cubre y dignifica una medianería, y mira que hay medianiles por Valladolid, la sorpresa nos hace parar en seco. Luego viene la admiración sensitiva, la búsqueda de significado, el goce de los colores y las líneas. Y dedicamos un instante de reconocimiento al autor de aquel arte, aunque nos sea desconocido.
La imagen con que se abre la entrada lleva por título Mirar al futuro con alas de libertad, igualdad y respeto. Eva Mena es la autora de este mural en la calle López Gómez, 24. Eva Mena, por lo que puede leerse en su web, tiene un amplio historial de obras murales dentro y fuera de España. Su propuesta es rotunda: "Quizás tienes delante una pared, un muro, medianera o interior de local que parece vacío, impersonal o que simplemente quieres pintar sin recurrir a la solución 'clásica'. Son ejemplos de espacios que puede transformar el arte mural, aportando soluciones adaptables y visualmente creativas".
Nada virtual y sí muy activos los camiones que hacen de punto limpio móvil por diferentes lugares de la ciudad. Con un horario por día y lugar se emplazan durante un tiempo a la espera de que los vecinos bajen electrodomésticos viejos, ordenadores obsoletos o cualquier otro material que debe ser tratado selectivamente. El lema lo deja claro: No es solo basura. Tal vez tengan una segunda oportunidad o en todo o en sus componentes separadamente.
La decoración de los lomos del vehículo es obra del pintor Manolo Sierra, sobradamente conocido por sus murales, no digo ya por sus lienzos o aportaciones ilustradas concedidas a infinidad de organismos y organizaciones sociales y políticas ciudadanas..