Soy, más, estoy. Respiro.
Lo profundo es el aire.
Así habla la escultura del donostiarra Eduardo Chillida, sita en calle Cadenas de San Gregorio, con palabras de Jorge Guillén, poeta de la generación del 27 nacido en Valladolid, donde pasó su infancia y la primera juventud. Lo vertical y lo horizontal se anudan, no solo se entrelazan. Y en la oquedad maciza que no vacía del metal, que emerge de lo inmóvil, el aire. Siempre el aire. La gran plancha de acero rotén naciendo del suelo, proyectándose sobre el muro de la historia, acompañándose del árbol, testigo natural de que el aire no solo transcurre sino que está para mover la vida de todas las especies y aligerar la carga humana. El aire, habitante de la tierra. El homenaje del escultor a Jorge Guillén.
Eduardo Chillida escribe en uno de sus Escritos, el que titula Yo soy un fuera de la ley:
"Cuando murió Miró, un gran amigo y un artista y hombre admirable, le quise hacer un homenaje, pero procurando ponerme, como en otras ocasiones, en un terreno común a la persona homenajeada. Cuando le hice un homenaje a Jorge Guillén, primero estuve releyendo toda su obra para tratar de encontrar algún concepto en el que pudiéramos estar en el mismo terreno los dos. Lo encontré en Cántico. En un lugar dice Lo profundo es el aire, un concepto perfecto para mí. Con Joan Miró intentaba algo equivalente. Era dificlísimo, porque según por dónde iba, salía yo, y si me paraba un poco, salía él. Meditando me di cuenta de por qué era difícil: porque miró ha trabajado siempre en el dibujo y en la línea curva, toda su obra está fundada en ello.La línea conceptualmente es cóncava y convexa. En Miró lo que manda es la convexidad, y en cambio lo que manda en mí es la concavidad. Había un problema muy difícil de resolver. Lo resolví con un tipo de formas en las cuales las concavidades y convexidades se podían emparejar, las tensiones contrarias podían ajustarse porque eran formas crerradas, casi cerradas. Eran tensiones cerradas porque si no, no se podía resolver"-
El paseante, que de vez en cuando se deja caer por ese corazón de la urbe, donde se apiñan monumentos significativos del antiguo Valladolid -San Pablo, Palacio Real, Colegio de San Gregorio con su Museo de Escultura y su Casa del Sol, el Palacio de Villena y el de Pimentel- gusta de pisar esa rúa Cadenas de San Gregorio que ganó tanto desde que hace ya unos cuantos años se peatonalizó rigurosamente. Y bien sea atravesar la calle para algún recado o recalar en una visita al Museo, lo que es imprescindible es detener los pasos y contemplar el Homenaje a Guillén que la mano de Chillida, y del arquitecto Peña Ganchegui, que cooperó en su instalación, dejaron firme constancia para el futuro.
El espacio lo eligió el mismo Chillida, junto al muro de San Gregorio, y no se puede decir que la obra haga vibrar a la vecindad o a la ciudadanía en general. Ya es sabido que el gusto conservador de la estatuaria de carácter realista e historicista está más prendido en la gente -al fin y al cabo es más facilona de captar- que esta diferente especie de género poético o sencillamente que explora las formas y los volúmenes geométricos con otra concepción. Allá cada cual. Pero conviene hacer el esfuerzo de aceptar nuevas visiones y reconocer que se tiene al alcance una obra de un escultor de importancia mundial.
Y puesto que la idea de lo profundo es el aire inspiró y estimuló, tanto emocional como creativamente a Eduardo Chillida, reproduzco una parte del extraordinario poema Más allá, incluido en Cántico, de Jorge Guillén. Léase transgrediendo lo ordinario, pronunciando con firmeza, haciendo lentitud del ritmo continuado, imparable, degustando la precisión de cada verso, concentrándose en el magnetismo de las estrofas, donde todo es admiración y luz y ganas de vida.
MÁS ALLÁ
I
(El alma vuelve al cuerpo,
Se dirige a los ojos
Y choca.) —¡Luz! Me invade
Todo mi ser. ¡Asombro!
Intacto aún, enorme,
Rodea el tiempo. Ruidos
Irrumpen. ¡Cómo saltan
Sobre los amarillos
Todavía no agudos
De un sol hecho ternura
De rayo alboreado
Para estancia difusa,
Mientras van presentándose
Todas las consistencias
Que al disponerse en cosas
Me limitan, me centran!
¿Hubo un caos? Muy lejos
De su origen, me brinda
Por entre hervor de luz
Frescura en chispas. ¡Día!
Una seguridad
Se extiende, cunde, manda.
El esplendor aploma
La insinuada mañana.
Y la mañana pesa.
Vibra sobre mis ojos,
Que volverán a ver
Lo extraordinario: todo
Todo está concentrado
Por siglos de raíz
Dentro de este minuto,
Eterno y para mí.
Y sobre los instantes
Que pasan de continuo
Voy salvando el presente,
Eternidad en vilo.
Corre la sangre, corre
Con fatal avidez.
A ciegas acumulo
Destino: quiero ser.
Ser, nada más. Y basta.
Es la absoluta dicha.
¡Con la esencia en silencio
Tanto se identifica!
¡Al azar de las suertes
Únicas de un tropel
Surgir entre los siglos,
Alzarse con el ser,
Y a la fuerza fundirse
Con la sonoridad
Más tenaz: sí, sí, sí,
La palabra del mar!
Todo me comunica,
Vencedor, hecho mundo,
Su brío para ser
De veras real, en triunfo.
Soy, más, estoy. Respiro.
Lo profundo es el aire.
La realidad me inventa,
Me gusta Chillida, enlaza siempre el material como si quisiera darse un apretón de manos.
ResponderEliminarMe gusta esta escultura, en realidad me gusta todo lo creado por él.
Salut
A mí también, y cuanto más tiempo pasa más lo valoro y me llega. Aquella inauguración fue memorable, hace 43 años ya. Durante la etapa del primer ayuntamiento democrático. Varias de las autoridades de la foto ya han desaparecido.
Eliminarhttps://www.elnortedecastilla.es/culturas/arte/firma-aire-eduardo-20220818001705-nt.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.elnortedecastilla.es%2Fculturas%2Farte%2Ffirma-aire-eduardo-20220818001705-nt.html
Gracias.
Las formas son hermosas. Es difícil hacer la conexión entre la escultura y el poema de Jorge Guillén, la idea de profundidad es aire, ¿existe? Sin embargo, la escultura me parece un candado abierto, la idea de una libertad reencontrada.
ResponderEliminarPara un poeta como Guillén esa idea, como otras, es posible. Si queremos, para cualquiera de nosotros puede serlo. El aire es metáfora, más allá de su constitución fisica. Y está cargado de significados y símbolos. Toda la obra de Chillida en hierro está recorrida por formas semejantes. Tal vez sepas del conjunto de esculturas existente en San Sebastián donde se asoman al mar.
Eliminarhttps://www.santelmomuseoa.eus/atlas/detalle.php?ni=EP-0023&lang=es
Paseante:
ResponderEliminarme quedo con el verso
"Ser, nada más. Y basta.
Es la absoluta dicha."
En cuanto a la escultura, nunca habría llegado yo a comprender lo que pretende mostrar el escultor si no leo tu comentario.
Salu2.
Mi opinión personal es que uno no comprende por la via de una interpretación escrita (si bien puede ayudar algo) sino por otro sistema de recepción sensorial, emocional que tenemos todos, acaso sin cultivar. Hasta que de pronto lo descubrimos. Es lo que tiene al arte de todos los tiempos.
EliminarTe comntaré una anécdota. En el colegio, con 11 o 12 años, nos llevaron a ver la catedral de Burgos. Como rebaño lo recorrimos los alumnos. Yo no recuerdo nada de las informaciones que nos dieran, si es que nos las dieron. Pero tuve un shock emocional, sensitivo. Sin saber nada de nada aquello me parecía algo especial, que me tocaba sentidos internos más que comprensiones racionales que en aquella edad apenas habrían rendido frutos. Así que al salir intentaba transmitir a otros compas mi emoción y sorpresa, pero nadie me siguió, así que me guardé para mí mis propias reacciones. Pero siempre he considerado que hubo en aquel momento una revelación sobre el arte. ¿Una epifanía como dicen algunos? Me da igual el nombre, lo que me importa es lo que sentí.
Gracias por compartir la anécdota.
EliminarSupongo que las vivencias y los prejuicios que arrastro hacen que sea más permeable a un tipo de arte pero no a otro. Tampoco me he puesto a pensar mucho en eso. Quizás a veces soy como esos ignorantes que desprecian lo que no conocen. Mal que me pese, a veces me reconozco así. Otras veces me obceco en mis certezas. De todos modos, me resulta "curioso" que se tenga que explicar una obra para ser entendida. Una cosa es la interpretación que uno le dé a lo que ve y otra lo que el artista quiere expresar.
La obra que comentas en esta entrada, la verdad es que no me dice nada. La he estado mirando un rato, varias veces que he entrado al blog, y nada. ¿Falta de sensibilidad por mi parte? No lo sé. ¿Qué no estoy educado en este tipo de arte? Quizás, no digo que no.
En fin.
Y muchas gracias por tus respuestas.
Salu2.
Tampoco yo he aceptado siempre cualquier estilo artístico, ya que hablamos de ello. Poco a poco he ido captando y sin saber cómo y por qué en algún momento he sentido un estilo, una obra, algoo diferente. Sentir no es lo mismo que entender o comprender literalmente. Pero también es otra forma de entendimiento. Y por supuesto, el autor puede pretender una cosa y el espectador ver otra. Creo que eso también es parte de la propuesta de un artista, una especie de prolongación.
EliminarPor supuesto, si algo no dice pues es que no dice, aunque sea un Chillida o un MIró o un Pollock.
Y suele ocurrir que aunque los artistas nos explicaran lo que pretenden con una determinada obra tampoco lo veríamos. Todos estamos limitados.
Un abrazo.
Yo lo veo como un intercambio entre poesía y escultura, o una colaboración si quieres, y a mí me ha gustado y me da lo mismo que haya vallisoletanos que no se sientan tocados por la obra. Abrazo, Marisol.
ResponderEliminarEl arte, como todo, como la política o la ética, no es algo que se entienda por sí mismo por la ciudadanía. Pero a los que nos gusta nos conviene disfrutarlo.
EliminarUno de los espacios más bellos en Valladolid creados por el arte.
ResponderEliminarTodo el entorno lo es, creado y bien ubicado. Chillida conecta con la mejor historia de la ciudad.
EliminarEn todo el entorno de San Pablo hay distintos estilos arquitectónicos y decorativos, como distintas épocas. No veo por qué no iba a adaptarse bien una expresión moderna como la de Chillida que con la poesía de Guillén está respaldada por esos muros y el lenguaje simbólico de ese árbol. Muchas gracias.
ResponderEliminarAndrés Esgueva
Así es, aunque el entorno sea antiguo no todos los edificios permanecen al mismo tiempo histórico y por lo tanto difieren los estilos. La misma fachada de San Pablo combina estilos diferentes con años de por medio.
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