Se miran, se soslayan. Se aproximan, se alejan. Se rodean, se liberan. Se hablan, enmudecen. Se corresponden, discuerdan. Coinciden, discrepan. Suben el tono, se atenúan. Se rozan, se rechazan. Se comparan, se diferencian. Se buscan, se pierden. Se abren, se recluyen. Se precipitan, se moderan. Tantos opuestos le son sugeridos al paseante, que disfruta de la conexión entre tiempos y estilos, al contemplar esta exposición contrastada entre obras grecorromanas y la creación de un autor almeriense, Juan Haro, acaso menos recordado por el común de los ciudadanos pero que tuvo su estilo particular donde las figuras son seres en acción, como las clásicas y, por lo tanto transmitiendo emoción. En cierto modo herederas de aquellas en la representación de las viejas manifestaciones humanas: el cariño y la ternura, el combate y el ejercicio, la representación y la mascarada, la maternidad y el cuidado, los sueños y las aspiraciones, la contemplación y el propio ego, la sexualidad y el encuentro, el desnudo y la liberación, la competición y el riesgo, el amor y la muerte.
Todo aquello que los clásicos ya representaron con su arte es retomado por Juan Haro. Y bajo el título de Nuclear, el Museo Nacional de Escultura ha generado en el lujoso ámbito -la iluminación recrea un ambiente casi sacro- de la Casa del Sol una suerte de diálogo, como se dice ahora, transtemporal en un sentido pero vivo en la medida que los artistas modernos han seguido haciéndose eco de la mirada antigua, porque antiguo es el hombre y no sé hasta qué punto ha cambiado.
Y es que diálogo no es solo una palabra razonada entre dos o más individuos. Es actitud, encuentro, aportación, llave para la convivencia. Dialogar es llevar a cabo la comprensión de los cuerpos y su fuerza interior a través de una reconstrucción actualizada de los tiempos. El estilo primitivo o clásico se acerca a nuestros días a través de aportaciones del siglo XX o XXI, como anteriormente el Renacimiento supo recuperar las suyas. En la misma dirección que otras exposiciones con obras de autores como Joan Miró o Baltasar Lobo, por recordar alguna, es un acierto este planteamiento comparativo. No se trata de que la obra actual sea la obra clásica, sino que se vea un nexo, un cordón umbilical, en la constante persecución del arte por hablar de las capacidades de la especie humana, de sus logros y de sus fracasos, de sus deseos y sus límites. Que se observe la evolución formal, el tratamiento de los volúmenes y la expresión oculta que la mirada de artistas que han trabajado lo abstracto o una figuración no expresamente realista nos ofrecen.
Nuclear estará en vigor hasta el 20 de julio, en los mismos horarios que el Museo Nacional de Escultura. He oído que también está prevista una exposición de obra de Eduardo Chillida, esta vez en el Palacio de Villena, en el mismo corro de museos, pero para avanzado mayo.
En regla general no me desagradan. Hay al menos tres o cuatro que a mi entender son muy buenas, y el resto son realmente bonitas. Me gusta el sentido de la proporción y la temática.
ResponderEliminarUn disfrute
Salut
De cualquier manera está bien traer a la actualidad la obra de algunos olvidados, y en parte eso persigue, supongo, el Museo.
EliminarSiempre se agradecen estas publicaciones tan detalladas en impresiones, crítica, reflexiones y fotografías de las obras expuestas.
ResponderEliminarSin poder asistir a la muestra nos has brindado la posibilidad de contemplar y disfrutar.
Juan Haro no está entre mis favoritos no obstante su obra monumental y para nada improvisada y con un enorme trabajo por detrás, no me deja impasible.
Un saludo.
Si te soy sincero yo no conocía a este escultor y veo un interesante encaje en la exposición. Por supuesto también tengo mis preferencias, siempre subjetivas naturalmente, pero no dejo de admirar a cuantos ejecutan labores creativas o, acaso mejor dicho, interpretativas sobre la vida y la condición humana. Además los gustos y preferencias no son estáticos y uno evoluciona en la medida que ve, comprende y siente.
EliminarEs la primera vez que veo obras de Juan Haro y estoy encantado. Este escultor bastante clásico es cierto y es lo suficientemente relajante para contemplar obras que no quieren a todo costo sorprenderte por la inmoralidad. Juan Haro parece permanecer sabiamente en la belleza de las formas y eso, descansa. Gracias por el descubrimiento. Un abrazo.
ResponderEliminarYa sabes que la percepción del arte es como la del queso: cada cual lo saborea de distinta manera. A mí también me ha gustado. Un abrazo, Ph.
EliminarEn la base de todo GRECIA
ResponderEliminarBueno, se va aceptando -probablemente porque se conoce mejor una historia anterior o paralela pero menos investigada- que Grecia no es solo la madre y maestra. La historiadora británica Josephine Quinn dice: "Dejemos de situar las raíces del mundo occidental en Roma y Grecia. Milenios de interacción entre personas han sido ahogados por ideas que organizaban el mundo en 'civilizaciones' separadas." Lo escribe en el libro "Cómo el mundo creó Occidente", un título sugerente y revelador, o a la contra.
EliminarUna vez visité esa parte del museo pero solo estaban ls copias clásicas, me parece buena idea traer obras de artistas modernos que alternen con las otras. Espero pasarme a verla. Marisol
ResponderEliminarPues ya ves que de vez en cuando establecen estos diálogos, muy fructíferos, por cierto. Tal vez algún día podamos ver también copias de culturas anteriores a Grecia y Roma que generaron obras sorpredentes, sin las cuales ni Grecia ni Roma habrían proporcionado lo que hubo.
EliminarYo vi esas otras muestras que citas y resultaba espectacular. Aunque aquellas que eran de obra más abstracta resulten menos asequibles, y eran de grandes escultores. Espero ver pronto esta otra porque solo por el contraste ya atrae. Muchas gracias.
ResponderEliminarJosé María
Ya dirás qué te ha parecido, merece la pena pasarse. Además la Casa del Sol debe ser más conocida solamente por la calidad de las copias de arte clásico que se exponen en ella. Yo suelo recomendarla a amigos de aquí o en tránsito cuando se acercan a la exposición permanente del Museo. Saludos.
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